Fuente: Marta Igartua Confidencial.com
Entrevista a Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter
P: Si tuviera que destacar un hito de 2014
R: Se me ocurren dos. Uno es el papel potentísimo de los bancos centrales, que este año han puesto de manifiesto que tienen una profunda determinación para dar soporte tanto al mercado como a la economía si cualquiera de los dos se tambalea. Un aspecto singular de este 2014 ha sido el ‘no te pongas enfrente de los bancos centrales' porque tienen una potencia de fuego que están dispuestos a seguir empleando más allá de lo que era la reactivación inicial.
Y por otro lado, aunque es algo más reciente, lo vamos a recordar después casi con la misma importancia: el cambio de estrategia de EEUU, de la mano de Arabia Saudí, ante el petróleo porque sus intereses coinciden. Un crudo más barato para EEUU como estrategia competitiva para permitir que Europa y Japón reactiven su economía y para Arabia Saudí por debilitar el fracking y que no le haga daño.
Y también, por qué no decirlo, desde un punto de vista casi militar, es una respuesta muy inteligente por parte de EEUU para debilitar a las naciones que, de alguna forma, son adversarios como Irán, Venezuela y Rusia.
P: ¿EEUU se sacrifica por la recuperación económica global y para parar los pies a estos países?
R: Yo creo que no están sacrificando nada… En todo caso están sacrificando una industria incipiente en la que se estaba formando una burbuja, que era la industria del shale gas y el shale oil, que explotan compañías privadas.
Por ejemplo, en Rusia, la mitad de los ingresos fiscales provienen de la venta de energía. ¿Qué hace EEUU? A estos países, que le están haciendo la vida difícil pero que no les va a abrir frentes militares, impides una transferencia de rentas hacia ellos. Eso sin perder de vista el objetivo de ser en 2020 autosuficientes energéticamente hablando y este es un movimiento súper inteligente, en el que todos los países desarrollados salen ganando.
Europa y Japón porque abaratan sus fuentes de energía, lo cual es determinante para mantener inflaciones bajas y que no se creen tensiones para que ningún banco central tenga tentación de subir tipos en los próximos dos, tres años; y el propio EEUU porque, al mismo tiempo aísla a esos países conflictivos. Vamos a recordar 2014 como el año en el que el petróleo se utilizó como estrategia competitiva, que es más importante que las acciones de los bancos centrales.
P: De cara a 2015, que entra en juego el aspecto político puro y duro, con unas elecciones en Grecia y otras en España en un momento en el que partidos radicales de izquierdas, antieuropeos, han entrado por la puerta grande en el espectro, ¿qué se puede esperar?
R: El factor político lo vemos como algo muy importante para nosotros, que somos españoles, y para los griegos porque tienen el problema que tienen. Pero es un evento que afecta a Grecia y a España… no es un evento global. Es algo que puede meter ruido de fondo pero poco más.
Lo que estamos viendo en los últimos días de mercado, que es cierto que Grecia contribuye, es debido a que, de repente, se constata que los desequilibrios de China pueden ser serios. Las importaciones se han puesto en negativo, lo que pone de manifiesto que sus estrategias para dirigir la demanda interna pueden no estar funcionando. Y estamos hablando de la segunda economía del mundo y de 1.300 millones de habitantes. No es Croacia, ni es Grecia, ni es Chipre…
Lo de China, además, ha coincidido con que Japón ha revisado su PIB y, además, la caída de las petroleras por el shock de la caída del crudo… lo normal es que el mercado lo acuse. Pero no es una situación en la que vaya a saltarte el aspecto político en 2015.
Igual que 2014 ha sido un año de petróleo y bancos centrales, 2015 va a ser un año decisivo para China, que es algo que todos vamos a estar vigilando por el impacto que tiene sobre el resto de la economía global, y para los tipos de interés de EEUU, porque es el año en el que no puede volver a cambiar de opinión diciendo que van a subir y luego lo retrasan.
P: Y será el año clave para Draghi con la llegada del QE (programa de expansión cuantitativa) en Europa, ¿no?
R: Doy por hecho que va a haber QE de compra de bonos soberanos y corporativos, aunque no creo que sea en enero como espera la mayoría de la gente. Creo que van a esperar un poco más a ver cómo van a funcionar los dos TLTROs, a ver qué dirección toma la inflación y cómo reacciona la economía europea con un petróleo más barato… pero va a haber un QE en toda regla a partir del segundo trimestre.
P: Las peticiones de TLTRO de los bancos han sido menores de lo esperado…
R: A mí lo que me preocupa es que hasta ahora hemos tenido una recuperación basada en políticas monetarias extremadamente laxas e hiperagresivas, que eran necesarias para meterle un shock de vuelta a la economía y que esta reaccionara.
Pero solamente con liquidez no vas a resolver la reconducción de la economía global. Los TLTROs son el principal reflejo de esa realidad. Los bancos no tienen un problema de recursos, van al BCE y se lo va a dar al 0,15%. Lo que tienen es un problema de demanda de crédito. La gente tiene que pedir préstamos. ¿Qué sucede? Que se han sentado las bases para que ese crédito esté disponible, han mejorado el precio de los activos, han dado liquidez a los bancos para que puedan entregarla pero si no se lo piden…
¿Qué se necesita? Que la fiscalidad, que sobre todo en Europa está limitando el desarrollo económico, se tiene que flexibilizar. Se tienen que empezar a bajar impuestos, aunque es una decisión arriesgada con los objetivos de déficit. Y más política económica, es decir, reformas.
En España hemos hecho una reforma laboral para despedir mejor y a mí me sorprende gratamente que así, a la chita callando, se va a aprobar un acuerdo entre patronal, sindicatos y gobierno para que se pueda cobrar un subsidio y al mismo tiempo cobrar un primer empleo. Con lo cual, vamos hacia un modelo alemán, casi más agresivo, utilizando la política fiscal para promover el empleo.
Tiene que haber una continuidad de la política monetaria, a la política fiscal y la política económica y eso se va a poner a prueba en 2015.
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