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sábado, 6 de diciembre de 2014

La caída del precio del petróleo no augura nada bueno


Fuente: Carlos Montero   Capitalbolsa.com


La historia económica más importante de la última parte de 2014 no es el fin de la flexibilización cuantitativa. Es el colapso de los precios del petróleo y lo que significa para los mercados de valores de todo el mundo. 

Esta es la opinión de Michael A. Gayed, jefe de inversiones de Pension Partners LLC, y uno de los gestores más reputados actualmente a nivel global.

Una afirmación ampliamente repetida en los últimos días es que la caída del petróleo es alcista para los mercados. Después de todo, los descensos de los precios de la energía son un ahorro para empresas y consumidores. Gayed no está de acuerdo con esta afirmación ya que considera que hay diversos fallos en su argumentación:

En primer lugar, la caída del petróleo puede ser alcista pero el colapso de los precios del crudo históricamente se ha demostrado muy bajista. Muchas grandes correcciones o inicios de mercados bajistas han sido precedidos por desplomes de los precios del petróleo.
En segundo lugar, la gente olvida que muchos presupuestos estatales dependen de los ingresos fiscales que se derivan de la extracción de petróleo y de las actividades de exploración. Si los ingresos fiscales se derrumban por el colapso del petróleo, ¿cuál sería la respuesta de los Estados? Aumentar los impuestos sobre los consumidores.

Algunos analistas hablan sobre la posibilidad de que estados productores petrolíferos entren en suspensión de pagos por esta caída. Entre ellos Rusia, cuyo default tendría implicaciones muy importantes a nivel general, no tanto por el efecto sobre los acreedores de su deuda, sino por el efecto contagio que provocaría.

En tercer lugar, una parte importante de los índices de los bonos “basura” están compuestos por bonos del sector energético. Los diferenciales de los bonos basura se han ampliado y podrían producirse impagos en el sector energético lo que podría tener un efecto de contagio a todo el mercado de bonos.

Si esta caída brusca de los precios del petróleo fuera alcista deberíamos haber visto un rebote en los sectores cíclicos o en los valores de pequeña capitalización. Por el contrario, lo que hemos visto es un mejor comportamiento en los sectores defensivos, señal inequívoca del incremento de la percepción del riesgo inversor.

Por tanto, a pesar que la primera derivada de un descenso de los precios energéticos es un aumento en la capacidad de consumo de empresas y particulares, los efectos secundarios si el petróleo se precipitara podrían ser muchos más adversos a nivel general, y sobre todo para la renta variable global.






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