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jueves, 8 de octubre de 2015

V.Alvargonzález: China+bolsa europea+bonos corporativos europeos


Fuente: Victor Alvargonzález     eleconomista.es

El mercado de Shanghai -aunque sería más adecuado llamarlo "casino"- sería uno de los más beneficiados. Afortunadamente el rebote también sería potente en sitios mucho más serios -y atractivos como inversión-, como creo son las bolsas europeas. También la española, pero esa solo para quien tenga estómago para mantenerse impertérrito durante el próximo proceso electoral y apuesta por la victoria de una alternativa (coalición) moderada.

En general las bolsas europeas cumplen los requisitos de la experiencia histórica y del atractivo inversor. Cierto: el Eurostoxx 600 es el índice que mejor lo ha hecho este año. Pero también lo es que ha recibido lo suyo durante la corrección. Decía Keynes que el mercado es como un concurso de belleza: "no gana la más guapa, sino la que más votos obtiene". En otras palabras: nos puede gustar mucho un activo, sector o país, pero como a la mayoría de los inversores les guste otro, el que sube es ese. Es muy importante identificar lo que los ingleses llaman los darlings (los "queridos") del mercado. Son los activos, "de moda", que, precisamente por estar de moda, no suelen estar baratos. Miren sino el DAX alemán, que ha llegado a estar un 20% arriba en el año.

Las correcciones vienen de cine para comprar moda en rebajas. Y, a tenor de cómo estaban las cosas antes de que la gente se diera cuenta de que algo olía mal en China, Europa y sus bonos están de moda. Y con toda lógica. Los bonos, porque Europa, que ya era territorio desinflacionista, puede pasar a ser territorio directamente deflacionista gracias al impacto en precios que van a tener las importaciones que vienen de China y emergentes. En cuanto a la renta variable, está muy bien de precio (PER 14, dividendo 3%), se apoya en una política monetaria híper laxa y la economía subyacente tiene perspectivas de salir del estancamiento. 

Cuando caen las bolsas se produce un cierto contagio hacia los bonos corporativos que no sean de máxima calidad crediticia (que están más correlacionados con la deuda soberana). Pero, tarde o temprano, impera la lógica y, con ella, la valoración. Y no es lógico que caiga el precio de un bono de una empresa europea solvente porque se reduzcan las perspectivas de crecimiento en China. Lo es que lo refleje la cotización de las acciones de empresas que exportan a China o emergentes, pero en los bonos lo que importa es el pago de intereses y principal.

Esa correlación supone una oportunidad para comprar un activo al que le beneficia un entorno de baja -posiblemente negativa- inflación como es el europeo, donde, además, veremos mejora de calificaciones crediticias. La actividad económica y unos mejores ratios de endeudamiento empresarial juegan a su favor. Es más: utilizando fondos de inversión tenemos liquidez y diversificación por emisores y vencimientos. También se cumple la condición del péndulo: han caído mucho menos que las acciones -hablamos de bonos con grado de inversión-, pero se ha notado. También debería de notarse cuando el péndulo vuelva al otro lado.



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