martes, 22 de julio de 2014

¿Cobraremos pensión?


Fuente: Daniel Lacalle.Elconfidencial.com


-El problema económico


El sistema de pensiones es deficitario. Es decir, se recauda menos de lo que se paga. Alrededor de 18.000 millones de “agujero” estimado en 2014.
El secretario de Estado de la Seguridad Social mencionaba recientemente que esperaba que "más pronto que tarde, esa situación de déficit en el sistema de Seguridad Social se reconduzca hacia cifras positivas para el sistema". Sin embargo, las cifras de crecimiento en prestaciones comparado con ingresos seguirán siendo un problema si analizamos las tendencias demográficas del país.

Hay elementos positivos. El aumento de los afiliados a la seguridad social y la caída del paro llevarán a que ese “agujero” se reduzca de manera muy relevante ya en 2015. Sin embargo, no es suficiente generar cierto crecimiento económico y mejorar el desempleo. Aunque unos partidos acusen a otros de llenar o vaciar “la hucha de las pensiones”, todos ignoran un problema obvio de caída de cotizantes a ese sistema en el que cada vez hay más receptores.



-El problema demográfico


Desde 1975, el promedio de edad de la población residente en España ha subido de 33 años a 42. La población española es una de las que más envejece en media de la OCDE. Pero es importante recalcar que el problema demográfico se genera por la caída de la fecundidad y no porque las personas vivan más años, que es una bendición. 
El crecimiento vegetativo de la población, es decir, nacimientos menos muertes por cada mil habitantes, ha pasado de 10,5 a 0,8 entre 1975 y 2013, y se estima que será negativo en 2016 (todos los datos son del INE).
La unidad familiar ha perdido un 44% de miembros de media desde los años 70. 
El número de nacimientos anuales ha caído desde 669.000 en 1975 a 425.000 en 2013. Así, la población con 65 años o más ha crecido de un 11% a casi un 19%. Unos 100.000 jubilados anuales adicionales desde 2008.


España ya supera los 9 millones de jubilados y la población ocupada es de 16,9 millones de personas, pero jamás ha superado los 20,7 millones, así que no es “solo un problema de empleo”. Es decir, al ritmo de envejecimiento de la población, es muy difícil que superemos el mínimo de dos asalariados por jubilado para considerar el sistema de pensiones sostenible… Aunque aumente de manera espectacular el salario medio de los cotizantes.
En Suecia, los salarios medios son un 60%-70% superiores a los de España y tuvieron que modificar su sistema de pensiones a uno mixto (público-privado) ya que el estatal era insostenible. Y en España, las pensiones ya suponen casi 127.500 millones de euros, el 35,9% del presupuesto. 

La reducción del paro hará que las prestaciones por desempleo caigan, pero España se endeuda en unos 65.000 millones anuales, con lo cual la caída del paro no hace “hueco” para cubrir unas pensiones crecientes. Se paga dicha diferencia con deuda.



-Cómo se soluciona el problema demográfico y el económico.


Se debe avanzar hacia un sistema dual, de reparto (publico) y de capitalización (aportación privada), donde los jóvenes trabajadores puedan saber a ciencia cierta cuánto están acumulando para su jubilación sin hacer una apuesta suicida a que quede algo en la hucha de las pensiones cuando se retiren.

No es una propuesta liberal y anti-social. Es el modelo que se utiliza en Suecia, y que ha garantizado que las pensiones sean sostenibles tras situarse al borde de la quiebra. Así evitamos que el sistema de pensiones sea una apuesta con los ojos vendados a que la población activa crezca cuando nos jubilemos.

Los documentos defensores del sistema de reparto a toda costa, de Attac por ejemplo, muestran cifras que llevan a cualquier país a la quiebra, si la población mayor de 60 años llega al 33,2% en 2040, como ellos mismos estiman. Si el 35,9% del presupuesto se consume en pensiones, con un 19% de jubilados, y España dedica el 45% de su PIB al gasto público, imaginen el peso del Estado y el nivel de impuestos necesario si más de la mitad del presupuesto fuera a pagar pensiones en 2040. 


La garantía de que los jóvenes vayan a recibir una pensión y la solución al envejecimiento de la población viene de implementar un modelo mixto público-privado, del crecimiento económico y mejores condiciones para crear riqueza. Sin un crecimiento sostenido y apertura, ningún modelo es sostenible. Sin un modelo mixto, nos vemos abocados a recortes constantes cada cierto tiempo.

La injusticia social que supone que alguien que haya trabajado toda su vida para los demás tenga casi asegurado que no cobrará pensión alguna es, simplemente, inaceptable, puesto que condena, de nuevo, a los más jóvenes.



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